por Juan Artidiello
Nieves Viesca y el Lector-Tiempo
El pasado 17 de noviembre, el Ateneo Jovellanos de Gijón fue el marco elegido para la presentación del libro de relatos Diecinueve o Veinte Líneas, de la escritora asturiana Nieves Viesca. De la mano de los escritores Rafael Crespo y Carmen Gómez Ojea (Premio Nadal), quien desgranó múltiples palabras de reconocimiento hacia la autora: “Escritora original y libre, no perteneciente a ninguna cofradía” afirmó Carmen Gómez Ojea; la poeta y narradora Nieves Viesca dijo costarle “desprenderse de sus personajes” nombrando, a continuación, un abanico de flores literarias sembradas en su original libro:
Cantodegrillo
HipopótamoDo
Carametralla
Cojitoverde
Dragón SinFuego
Madrecocina Abuelauschwitz…
Entre otras peculiaridades, Nieves Viesca dijo sentir la ilusión del escritor que piensa tener el don de las palabras “cuando la realidad es que la palabra, la auténtica es… del Lector-Tiempo. El Lector-Tiempo –añadió-ya sea en una obra poética o narrativa es coautor, y en Diecinueve o Veinte Líneas esta simbiosis se halla muy presente”.
Sorprende escuchar reflexiones de esta índole en autores y autoras que, como en este caso, la vocación y el talento les ha nacido en la infancia pero que por motivos de mercado, sus obras quedan reducidas “a la inmensa minoría” que diría el poeta Juan Ramón Jiménez.
Esperemos que ese Lector-Tiempo del que hablaba esta autora, repase y examine, fuera del olvido, esta obra que como sus anteriores colecciones de cuentos –La danza del equilibrio (1996) y Metamorfosis del sentimiento (2002)-, ha nacido con diecinueve o veinte líneas de vida propia.
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